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  • Martínez, Buenos Aires

La Escuela

La Escuela

Nuestra escuela es una iniciativa pedagógica auto gestante, en la que padres, alumnos y maestros trabajamos juntos, buscando aplicar los siguientes principios: igualdad de derechos y oportunidades, libertad en lo cultural e ideológico, y fraternidad en lo económico.

Pertenecemos a la “Asociación Civil Educadora Luz del Sol” sin fines de lucro, cuya meta es promover y difundir el desarrollo de la cultura; esto incluye una educación hacia la salud y armonía de nuestros niños, seres humanos del futuro.

La Escuela Perito Moreno nace de la semilla del Jardín de Infantes Luz del Sol, fundado en 1987 en Martínez, provincia de Buenos Aires, y cuyas aulas albergan hoy los tres niveles de educación. También contamos con un instituto oficial terciario de formación de maestros para nivel inicial y primario con orientación en la pedagogía y que funciona como fruto y nueva semilla, donde todo vuelve a comenzar…

Nuestro programa, reconocido oficialmente por el Ministerio de Educación, abarca todos los contenidos obligatorios más los correspondientes al currículum Waldorf, organizados en función de las etapas evolutivas del niño y del adolescente.

Los principios pedagógicos que fundamentan nuestro trabajo son amplios y conscientes. En cada etapa de su crecimiento, los niños tienen necesidades distintas y también las fuerzas de que disponen para el aprendizaje son diferentes.

La educación Waldorf está basada en el conocimiento profundo de esas etapas, y abarca todos los aspectos del ser humano. Esto implica enseñanza que abarca lo volitivo (el hacer), lo emocional y también el pensar. Por eso se la caracteriza como salutogénica, pues el equilibrio de esos tres aspectos a lo largo del crecimiento hace a una persona sana.

“Si un niño aprende desde el hacer y el sentir,
si el arte es una llave para adquirir contenidos vivos
y si cada asignatura le llega en el momento adecuado,
será un adulto cuyos conceptos estén imbuidos
de fuerza creadora y movimiento.
Podrá plantear algo nuevo al mundo
frente a la dificultad.”

La unidad pedagógica implica además un pasaje suave y sutil de una etapa de la vida a la otra. Llegar de jardín de infantes a primer grado es para nosotros un proceso de metamorfosis delicado que se hace de manera casi imperceptible, acompañando la transformación evolutiva día a día, imagen a imagen, ronda a ronda…
De la misma manera acompañamos al niño en su despedida de la infancia y en su entrada a la adolescencia: pequeños cambios pedagógicos que generan grandes transformaciones en la entrada a la formación del juicio ético, a través de una observación profunda y detallada y en la práctica de las didácticas adecuadas…
También la escuela acompaña el crecimiento de las familias, dándoles continuidad y espacio de diálogo y crecimiento conjunto, a través de múltiples acciones de mutuo enriquecimiento…

«Tener que ver con la construcción del cuerpo de una escuela es como gestar, pero fuera del cuerpo. Es como hacer un útero social para nuestros hijos y para los hijos de los demás.

Construir el primer lugar del pasaje de nuestros hijos, del mundo familiar al social hecho de materiales parecidos a los que queremos dar en la interioridad del hogar, es un regalo que el destino nos puso en el camino y que nosotros supimos y seguimos sabiendo aceptar.

Por eso, el piso está hecho de honestidad, los ladrillos de calor y el techo siempre dispuesto a dejar respirar a unos niños también en permanente construcción.

Hacer con nuestras manos, lo que unas hipotéticas “otras” deberían hacer por uno, es abrir el baúl de los propias posibilidades, las propias fuerzas y porque no también de las propias sombras.

De dones conocidos y apenas vislumbrados. De certezas y miedos, de limitaciones y audacias se construyen los hilos que conforman una red social, que se teje de a cuadritos y se extiende y se suma, aunque algunos tejedores se alejen y otros nuevos lleguen, para seguir así, descubriendo juntos, las muchísimas caras de la solidaridad.”
Por Padres y Maestros… (Constructores)

Al momento de la fundación de la escuela fue decisiva la participación de los padres fundadores de ese entonces, quienes junto a los maestros hicieron nacer este proyecto en un acto de confianza consciente, y ésta vive en cada ladrillo, en cada color y en cada gesto de aquellos que hoy estamos presentes… Con la gestión de compromiso de padres a padres se creó una comunidad cuya vida se respira al entrar y salir por sus puertas, y que es motor y motivo de un resurgir continuo y orgánico que todo el tiempo se transforma. Hoy están los padres y maestros que siguen fundando, sembrando, de una manera diferente , para consolidar este crecer y darle nuevo vuelo, ya que nuestro impulso ha nacido y se sostiene con el ideal de ser un espacio que cree, de verdad, un mundo nuevo…

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